En estas
fechas tan señaladas, donde los niños cobran especial protagonismo, escribo estas
breves líneas para animarte a que ,tú emprendedor, te contagies del espíritu y la alegría de nuestros pequeños.
Sin lugar a
duda, en su mirada de ilusión y en su forma de entender y vivir la navidad encontrarás muchas pistas sobre cómo
entender, vivir y reorientar tu proyecto
personal o profesional ¿Te atreves?
Recuerda que
nada hay más verdadero y puro que la ingenuidad de un niño en la época
navideña, y sin embargo, nosotros “desgraciados” nos hemos hecho mayores que no
adultos, permutando magia e ilusión por trajes, tarjetas de crédito, coches y
casas de lujo ¿En donde ha quedado el niño que un día fuimos?
Yo hoy te
invito a que te quites la careta y el disfraz de adulto y recuperes al niño que
habita en tu interior. Abre tu alma a la esperanza, la fantasía y la
ensoñación.
El camino de
vuelta al pasado, a la infancia, será un trayecto muy enriquecedor para ti.
Allí donde las “reglas del juego” de los adultos poco o nada importan, tú
encontrarás un oasis de paz interior.
Espero y
deseo que este viaje en el tiempo que te propongo, sirva para que descubras que
desde lo pequeño encontrarás las razones más grandes para desarrollar tu vida
personal y profesional con sencillez, humildad y con la mirada de optimismo del
niño que todos llevamos dentro.
Y recuerda
que allí donde un hay un “niño emprendedor”, este será escuchado y atendido por un “niño-
inversor”
Felices
Fiestas ¡!!!
Un saludo.
Alberto Galarreta
Gracias por llevarme a reflexionar sobre el verdadero significado de la Navidad. Felicidades.
ResponderEliminarA los hombres, cuando se nos dejas solos, crecemos muchas veces hacia la estupidez.
ResponderEliminarY grotescamente algunos piensan que crecen cuando les crece la tripa o lo que es peor cuando les crece el bolsillo o el bigote
¡A eso llamamos crecer!...
GRACIAS, Alberto por poner en este mundo del “Emprendimiento” cordura, sensatez y profundidad.
GRACIAS por invitarnos a crecer hacia dentro, por invitarnos a descubrir al niño o la niña que todos llevamos dentro.
En Navidad, nos reencontramos con el cariño de nuestra familia, pensamos en nuestra infancia y intentamos entender hacia donde vamos mirando mirando los que hoy son niños. No se me ocurre una forma mejor de iniciar el año o nuestra continua reinvención.
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