Ha sido un artículo de Martin Descalzo el que me ha hecho
pensar en muchas de las cosas que nos están sucediendo en el ámbito empresarial
y organizacional actual.
El autor en su escrito trata la
necesidad imperiosa que sentimos los hombres de elegir entre una cosa u otra,
en quedarnos con esto o con aquello, en definitiva en la necesidad de la práctica
diaria de la utilización de la disyuntiva (izquierda o derecha, arriba o abajo…)
¿No estamos, tal vez, cayendo en esta visión excluyente,
poco integradora y bajo mi punto de vista poco fructífera?
La alocada situación económica y
social está llevando a muchos empresarios a tomar decisiones desesperadas, en
ocasiones no muy razonadas y que por desagracia se vuelven equivocadas, en
donde se opta sólo por una opción dejando de lado un abanico de posibilidades y
alternativas.
Algunos ejemplos de estas decisiones
basadas en “la O como disyuntiva”
son:
·
¿Austeridad O
crecimiento?
·
¿Costes O diferenciación?
·
¿Empresa local O global?
·
¿Resultado en interés de accionistas O del resto de stakeholders?
·
¿Empresa con intereses económicos O empresa sin ánimo de lucro?
·
¿Estructura organizacional mecánica-
jerárquica (O) u horizontal?
·
¿Liderar O imitar?
·
¿Cultural organizacional burocrática O cultura de adaptabilidad?
·
¿Medición financiera como resumen
crítico de la actuación gerencial O
medición de la empresa mediante otros indicadores no económicos?
·
¿Competir O
cooperar?
Y ante esto yo me pregunto ¿Por qué
dar por hecho y presuponer que estas opciones son contradictorias? ¿Por qué
tienen que ser opciones incompatibles y sin posibilidades de combinación?
A mí me gusta analizar, observar, ver
las distintas posibilidades de las cosas e intento, no sé si lo consigo, no
dejarme arrastrar ni por las modas ni por la impaciencia. Siempre procuro
frente a la división, enfrentamiento, y las posturas irreconciliables y prejuicios, pensar en fórmulas donde no exista
la renuncia ni la incompatibilidad.
Por ello frente la O, al igual que hace Martín Descalzo, propongo la Y como letra integradora, armonizadora y constructiva
que abre la ventana a numerosas posibilidades de acción. ¿Lo intentamos?
·
¿Austeridad Y crecimiento?
Podemos recortar y disminuir el gasto en activos no estratégicos, abandonar unidades de negocio deficitarias, reestructurar departamentos y sin embargo, una parte de los ahorros así conseguidos podemos destinarlos a políticas de inversión en las competencias críticas de la empresa.
·
¿Costes Y
diferenciación?
Independientemente de si la ventaja competitiva de una empresa se
genera a través de una reducción de costes (ventaja
en costes) o mediante la diferenciación (ventaja en diferenciación) tenemos que comprender que en entornos
tan competitivos e internacionalizados como el actual es necesario que los
servicios o productos tengan en cuenta estas dos variables y que ambas sean
cuidadas con especial cariño.
Creo que los mercados y sectores nos llevan cada vez más a un
equilibrio entre estas dos variables y que la una sin mirar de reojo a la otra
no dan posibilidad a la empresa de subsistencia.
·
¿Empresa local Y
global?
Aunque los procesos de internacionalización son diferentes
según qué tipos de organizaciones, lo que sí parece claro es que cada vez es
más importante conciliar las ventajas de la integración global con las diferencias nacionales de aquellos
países donde se está.
Es por lo tanto fundamental una adaptación constante de las
actuaciones empresariales a los países de destino y a sus requerimientos y por
ello cada vez se entrelazan más lo global y lo local.
·
¿Resultado en interés de accionistas Y del
resto de stakeholders?
Tal vez se pueda admitir que el objetivo principal de la
mayoría de las empresas sea crear valor para sus accionistas. Sin embargo, no
es menos cierto que estas no pueden actuar única y exclusivamente en beneficio
de los propietarios de una compañía sino que tienen que atender también a otros
grupos de interés tales como empleados, proveedores, clientes, administraciones
públicas…La dictadura del accionista ha muerto.
·
¿Empresa con intereses económicos Y
empresa sin ánimo de lucro?
En la actualidad y gracias a la RSC ( Responsabilidad Social
Corporativa ) vemos como cada vez está más interiorizado en las empresas que el
beneficio económico de la compañía debe ir acompañado de un beneficio
medioambiental y social.
Ahora hablamos de un desarrollo
económico sostenible, en donde las compañías conciben las políticas de RSC
como algo inherente a la estrategia de la empresa y donde estas políticas son entendidas no como un coste sino como una inversión
que ayudarán al desarrollo de la organización en el medio y largo plazo.
·
¿Estructura organizacional mecánica- jerárquica Y
horizontal?
Ante la complejidad de los tiempos, los cambios constantes, los
ciclos de vida cada vez más cortos no es para nada descartable que en las organizaciones,
algunas unidades de negocio tengan diferentes formas de organización que coexistan
en la empresa.
Así por ejemplo nos podemos encontrar con unidades de negocio
volcadas en la eficiencia y en la explotación
de los recursos y capacidades actuales y por tanto, muy jerárquicas y otras
unidades donde se pretende avanzar con la exploración de nuevas capacidades y recursos que demanda el entorno
mediante la investigación y el desarrollo (unidades más horizontales y con
mayor delegación)
En definitiva hablamos de la posibilidad de existir dentro de una
empresa de un modelo híbrido de organización
donde con la formas jerárquicas convivan vínculos de horizontalidad.
·
¿Liderar (Y)
e imitar?
Como bien sabemos el primero en innovar y en entrar en un
sector aún asumiendo más riesgos puede adquirir una ventaja competitiva y el
imitador, que va dos pasos por detrás, puede beneficiarse de los movimientos
dados por el líder a un menor costo.
Sin embargo, los cambios tecnológicos constantes hacen que la
ventaja del líder apenas se pueda mantener en el tiempo y que por tanto se dé
una especie de espiral o bucle constante donde el líder se vuelve imitador y el
imitador líder, de tal manera que liderar e imitar se vuelvan una constante e incluso
diría yo una virtud en cualquier empresa.
·
¿Cultural organizacional burocrática Y cultura de adaptabilidad?
Cómo en el caso de la estructura organizacional antes mencionada,
es más que probable que bajo la batuta de un líder inteligente convivan en una
organización estilos de relaciones en las diferentes unidades de negocio.
No todas las unidades tienen los mismos “tempos” en la adopción
de un cambio cultural y por ello es necesaria una introducción
gradual de dichos cambios en la organización. De esta forma irán “calando” las nuevas formas de
pensar y actuar según las necesidades de dichas unidades organizativas.
·
¿Medición financiera como resumen crítico de la actuación
gerencial Y medición
de la empresa mediante otros indicadores no económicos?
Durante años las empresas han medido sus resultados con
mediciones únicamente financieras y económicas, sin embargo, se ha demostrado
que esta forma de analizar se convierte en pobre y que en muchos caso los
resultados has sido cortoplacistas.
Hoy en día, aunque las mediciones financieras siguen siendo muy
importantes estás deben ser integradas, vinculadas y apoyadas por otro conjunto
de mediciones que involucran a los clientes, los empleados y los procesos
internos.
Hoy gracias al Cuadro de Mando Integral
(Balance Score Card) se permite una
alineación y coherencia total entre la misión, la visión y la estrategia de la
empresa junto con una serie de relaciones causa- efecto entre las perspectivas de empleado, clientes y
procesos internos que, en último lugar, mejorarán los datos económicos-
financieros de la empresa.
·
¿Competir Y
cooperar?
La competencia entre empresas es sana y necesaria
porque de ella llegarán la “tormentas de ideas”, las mejoras en los procesos,
la satisfacción de las necesidades del cliente…
Sin embargo se está dando un cambio
importantísimo en donde la competencia entendida como lucha encarnizada entre
empresas y la rivalidad exacerbada entre ellas está dando paso a plataformas de cooperación en donde cada parte, sin perder su
esencia, aporta lo mejor de sí mima en la búsqueda de la mejora de la
competitividad.
Por tanto competencia desde la colaboración
empresarial.
He intentado a través de esta reflexión poner de manifiesto que frente a decisiones
excluyentes y divisorias es importante
adoptar medidas integradoras y sumatorias que nos aporten una visión más amplia
de las cosas como así hace la pedagogía de la Y.
Un saludo. Alberto Galarreta
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