martes, 19 de marzo de 2013

La pedagogía de la Y: Hacia una actitud integradora y sumatoria en la empresa


Ha sido un artículo de Martin Descalzo el que me ha hecho pensar en muchas de las cosas que nos están sucediendo en el ámbito empresarial y organizacional actual.

El autor en su escrito trata la necesidad imperiosa que sentimos los hombres de elegir entre una cosa u otra, en quedarnos con esto o con aquello, en definitiva en la necesidad de la práctica diaria de la utilización de la disyuntiva (izquierda o derecha, arriba o abajo…)

¿No estamos, tal vez, cayendo en esta visión excluyente, poco integradora y bajo mi punto de vista poco fructífera?

 La alocada situación económica y social está llevando a muchos empresarios a tomar decisiones desesperadas, en ocasiones no muy razonadas y que por desagracia se vuelven equivocadas, en donde se opta sólo por una opción dejando de lado un abanico de posibilidades y alternativas.

Algunos ejemplos de estas decisiones basadas en “la O como disyuntiva” son:

·        ¿Austeridad O crecimiento?
·        ¿Costes O diferenciación?
·        ¿Empresa local O global?
·        ¿Resultado en interés de accionistas O del resto de stakeholders?
·        ¿Empresa con intereses económicos O empresa sin ánimo de lucro?
·        ¿Estructura organizacional mecánica- jerárquica (O) u horizontal?
·        ¿Liderar O imitar?
·        ¿Cultural organizacional burocrática O cultura de adaptabilidad?
·        ¿Medición financiera como resumen crítico de la actuación gerencial O medición de la empresa mediante otros indicadores no económicos?
·        ¿Competir O cooperar?

Y ante esto yo me pregunto ¿Por qué dar por hecho y presuponer que estas opciones son contradictorias? ¿Por qué tienen que ser opciones incompatibles y sin posibilidades de combinación?

A mí me gusta analizar, observar, ver las distintas posibilidades de las cosas e intento, no sé si lo consigo, no dejarme arrastrar ni por las modas ni por la impaciencia. Siempre procuro frente a la división, enfrentamiento, y  las posturas irreconciliables y  prejuicios, pensar en fórmulas donde no exista la renuncia ni la incompatibilidad.

Por ello frente la O, al igual que hace Martín Descalzo, propongo la Y como letra integradora, armonizadora y constructiva que abre la ventana a numerosas posibilidades de acción. ¿Lo intentamos?

·        ¿Austeridad Y crecimiento?

Podemos recortar y disminuir el gasto en activos no estratégicos, abandonar unidades de negocio deficitarias, reestructurar departamentos y sin embargo, una parte de los ahorros así conseguidos podemos destinarlos a políticas de inversión en las competencias críticas de la empresa.

·        ¿Costes Y diferenciación?

Independientemente de si la ventaja competitiva de una empresa se genera a través de una reducción de costes (ventaja en costes) o mediante la diferenciación (ventaja en diferenciación) tenemos que comprender que en entornos tan competitivos e internacionalizados como el actual es necesario que los servicios o productos tengan en cuenta estas dos variables y que ambas sean cuidadas con especial cariño.

Creo que los mercados y sectores nos llevan cada vez más a un equilibrio entre estas dos variables y que la una sin mirar de reojo a la otra no dan posibilidad a la empresa de subsistencia.

·        ¿Empresa local Y global?

Aunque los procesos de internacionalización son diferentes según qué tipos de organizaciones, lo que sí parece claro es que cada vez es más importante conciliar las ventajas de la integración global  con las diferencias nacionales de aquellos países donde se está.

Es por lo tanto fundamental una adaptación constante de las actuaciones empresariales a los países de destino y a sus requerimientos y por ello cada vez se entrelazan más lo global y lo local.

·        ¿Resultado en interés de accionistas Y del resto de stakeholders?

Tal vez se pueda admitir que el objetivo principal de la mayoría de las empresas sea crear valor para sus accionistas. Sin embargo, no es menos cierto que estas no pueden actuar única y exclusivamente en beneficio de los propietarios de una compañía sino que tienen que atender también a otros grupos de interés tales como empleados, proveedores, clientes, administraciones públicas…La dictadura del accionista ha muerto.

·        ¿Empresa con intereses económicos Y empresa sin ánimo de lucro?

En la actualidad y gracias a la RSC ( Responsabilidad Social Corporativa ) vemos como cada vez está más interiorizado en las empresas que el beneficio económico de la compañía debe ir acompañado de un beneficio medioambiental y social.

Ahora hablamos de un desarrollo económico sostenible, en donde las compañías conciben las políticas de RSC como algo inherente a la estrategia de la empresa y donde estas políticas  son entendidas no como un coste sino como una inversión que ayudarán al desarrollo de la organización en el medio y largo plazo.

·        ¿Estructura organizacional  mecánica- jerárquica Y horizontal?

Ante la complejidad de los tiempos, los cambios constantes, los ciclos de vida cada vez más cortos no es para nada descartable que en las organizaciones, algunas unidades de negocio tengan diferentes formas de organización que coexistan en la empresa.

Así por ejemplo nos podemos encontrar con unidades de negocio volcadas en la eficiencia  y en la explotación de los recursos y capacidades actuales y por tanto, muy jerárquicas y otras unidades donde se pretende avanzar con la exploración de  nuevas capacidades y recursos que demanda el entorno mediante la investigación y el desarrollo (unidades más horizontales y con mayor delegación)

En definitiva hablamos de la posibilidad de existir dentro de una empresa de un modelo híbrido de organización donde con la formas jerárquicas convivan vínculos de horizontalidad.

·        ¿Liderar (Y) e imitar?

Como bien sabemos el primero en innovar y en entrar en un sector aún asumiendo más riesgos puede adquirir una ventaja competitiva y el imitador, que va dos pasos por detrás, puede beneficiarse de los movimientos dados por el líder a un menor costo.

Sin embargo, los cambios tecnológicos constantes hacen que la ventaja del líder apenas se pueda mantener en el tiempo y que por tanto se dé una especie de espiral o bucle constante donde el líder se vuelve imitador y el imitador líder, de tal manera que liderar e imitar se vuelvan una constante e incluso diría yo una virtud en cualquier empresa.

·        ¿Cultural organizacional burocrática Y cultura de adaptabilidad?

Cómo en el caso de la estructura organizacional antes mencionada, es más que probable que bajo la batuta de un líder inteligente convivan en una organización estilos de relaciones en las diferentes unidades de negocio.

No todas las unidades tienen los mismos “tempos” en la adopción de un cambio cultural  y por ello es necesaria una introducción gradual de dichos cambios en la organización. De esta  forma irán “calando” las nuevas formas de pensar y actuar según las necesidades de dichas unidades organizativas.

·        ¿Medición financiera como resumen crítico de la actuación gerencial Y medición de la empresa mediante otros indicadores no económicos?

Durante años las empresas han medido sus resultados con mediciones únicamente financieras y económicas, sin embargo, se ha demostrado que esta forma de analizar se convierte en pobre y que en muchos caso los resultados has sido cortoplacistas.

Hoy en día, aunque las mediciones financieras siguen siendo muy importantes estás deben ser integradas, vinculadas y apoyadas por otro conjunto de mediciones que involucran a los clientes, los empleados y los procesos internos.

Hoy gracias al Cuadro de Mando Integral (Balance Score Card)  se permite una alineación y coherencia total entre la misión, la visión y la estrategia de la empresa junto con una serie de relaciones causa- efecto  entre las perspectivas de empleado, clientes y procesos internos que, en último lugar, mejorarán los datos económicos- financieros de la empresa.

·        ¿Competir Y cooperar?

La competencia entre empresas es sana y necesaria porque de ella llegarán la “tormentas de ideas”, las mejoras en los procesos, la satisfacción de las necesidades del cliente…

Sin embargo se está dando un cambio importantísimo en donde la competencia entendida como lucha encarnizada entre empresas y la rivalidad exacerbada entre ellas  está dando paso a plataformas de cooperación en donde cada parte, sin perder su esencia, aporta lo mejor de sí mima en la búsqueda de la mejora de la competitividad.

Por tanto competencia desde la colaboración empresarial.

He intentado a través de esta reflexión  poner de manifiesto que frente a decisiones excluyentes y divisorias  es importante adoptar medidas integradoras y sumatorias que nos aporten una visión más amplia de las cosas como así hace la pedagogía de la Y.

Un saludo. Alberto Galarreta











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