miércoles, 14 de diciembre de 2011

El valor de las personas: Un nuevo modelo de gestión y estrategia empresarial

Como bien sabemos el entorno empresarial tradicional ha ido dando paso a un entorno mucho más inestable y competitivo que tiene gran repercusión en la gestión de las organizaciones.

En la actualidad nos encontramos con un entorno donde es mucho más complicado planificar correctamente las previsiones de la demanda, donde los productos tienen un ciclo de vida mucho más corto, donde la competitividad entre empresas es salvaje, donde la internacionalización y la globalización se hacen presentes, donde cada vez se demanda más calidad en los productos y servicios y en definitiva donde el cliente tiene, ahora más que nunca, la razón.

Ante todos estos nuevos retos las organizaciones empresariales tienen que adaptarse y por tanto deben dar respuesta a estos nuevos desafíos con el fin de optimizar el uso de recursos y el flujo de información desde el origen de las actividades hasta el cliente final.

Las empresas ante las nuevas necesidades del entorno deben adaptarse al mismo entendiendo que las relaciones, dentro y fuera de la compañía, son relaciones interdependientes y con un objetivo común donde como fin último las empresas se deben orientar hacia el cliente para darle a este lo que necesita en forma, tiempo y lugar.

Por tanto, es el momento de entender las relaciones empresariales como un “ecosistema” donde para la supervivencia de sus integrantes se deben dejar de lado visiones individualistas en función de una visión colectiva de las relaciones que engloba un conjunto de operaciones coordinadas.

En definitiva, son muchos los cambios necesarios que afectarán a todos los subsistemas dentro de la empresa (compras y relación con proveedores, producción, distribución, ventas y relación con los clientes…) y donde los mismos necesitarán nuevos recursos y capacidades que les den soporte y apoyo (tecnologías de la información, métodos de planificación de la demanda, sistemas de control de inventarios, nuevas instalaciones….)

Sin embargo, modestamente creo que de poco o nada servirán los cambios estructurales y tecnológicos propuestos en la gestión de las empresas si no se es capaz de lograr la interacción de todos los agentes intervinientes en su conjunto, en donde sus acciones estén coordinadas y en donde se consiga un funcionamiento integrado de las relaciones.
Es aquí donde entra en juego, para mí el ingrediente más importante para que la receta salga perfecta: LAS PERSONAS y su interacción.
Aunque muchos autores, consideran los recursos humanos una actividad de apoyo de la gestión empresarial, yo en el caso de la nueva visión y enfoque de la gestión y administración de empresas y sin ánimo de sentar cátedra, Dios me libre, creo que las personas son el núcleo central sobre el que girará el éxito de las futuras organizaciones empresariales.

Hoy en nuestra sociedad y por descontado en las dinámicas empresariales, las relaciones son más complejas que nunca y parece por tanto evidente que el esfuerzo colectivo resultará más eficiente y productivo que el esfuerzo individual y que las relaciones basadas en la cooperación, la colaboración y la interdependencia entre las personas son fundamentales para el éxito de de las empresas.

No podemos olvidar que las organizaciones están compuestas por individuos cuya finalidad es cumplir metas u objetivos y que aunque es cierto que de las relaciones humanas surge el conflicto, no lo es menos que en ellas también encontraremos la solución.

La fabula de elefante y los seis sabios ciegos“Seis hindúes sabios, inclinados al estudio, quisieron saber qué era un elefante. Como eran ciegos, decidieron hacerlo mediante el tacto. El primero en llegar junto al elefante, chocó contra su ancho y duro lomo y dijo: «Ya veo, es como una pared». El segundo, palpando el colmillo, gritó: «Esto es tan agudo, redondo y liso que el elefante es como una lanza». El tercero tocó la trompa retorcida y gritó: «¡Dios me libre! El elefante es como una serpiente». El cuarto extendió su mano hasta la rodilla, palpó en torno y dijo: «Está claro, el elefante, es como un árbol». El quinto, que casualmente tocó una oreja, exclamó: «Aún el más ciego de los hombres se daría cuenta de que el elefante es como un abanico». El sexto, quien tocó la oscilante cola acotó: «El elefante es muy parecido a una soga». Y así, los sabios discutían largo y tendido, cada uno excesivamente terco y violento en su propia opinión y, aunque parcialmente en lo cierto, estaban todos equivocados.”

“Parábola de los Seis Sabios Ciegos y el Elefante”.Atribuida a Rumi, sufí persa del s. XIII.

Como observamos en la fábula, una visión individualista, y aislada de las relaciones y la comunicación entre las personas no posibilitará una gestión adecuada y una solución conjunta de los problemas que tenemos en el día a día de la empresa por mucho que dispongamos de recursos más que suficientes.

Sabemos, somos conscientes y entendemos entonces que deben primar los intereses globales frente a los intereses individuales de las empresas intervinientes y que la participación de los individuos en esta tarea es crítica. Pero….

¿Cómo canalizar de la forma adecuada en las organizaciones las relaciones entre las personas en favor de la gestión de la empresa?

El nuevo enfoque de gestión empresarial, hace necesario un cambio de mentalidad en el comportamiento de las personas hacia un modelo de relaciones que permita entre otras cosas, que la información fluya de forma horizontal, la flexibilidad, relaciones abiertas y de largo plazo y el trabajo en asociación porque…los viejos modelos de relaciones no tienen cabida en la actualidad.

Todo este proceso de cambio puede ser lento y tedioso, no estando todas las organizaciones preparadas de la misma forma para implementar este tipo de relaciones desde el primer minuto. Por ello en esta reflexión se intenta, de forma genérica, determinar cuáles son las condiciones que en el ámbito de la empresa se tienen que dar para que la personas puedan estar alineadas con este nuevo modelo, de tal forma que su participación sea constructiva para el buen éxito de las operaciones. Entonces…. manos a la obra!!!!

Tú eres importante, tú cuentas

La base de las nuevas relaciones debe ser la colaboración, la cooperación la coordinación y la transparencia entre todos los agentes intervinientes y teniendo siempre en cuenta la gran importancia que la participación de los trabajadores tiene en este proceso, no en vano, son ellos los que mejor conocen y los que están en el día a día al frente de las operaciones.

Sin embargo, para lograr este nuevo espíritu demandado es necesario cambiar la imagen tradicional que tenemos del trabajador como un individuo que cumple con su obligación y su tarea con una visión individualista donde lo único que importa es “cumplir expediente”. Pero….¿ Cómo cambiar esta imagen trasnochada de las relaciones ?

Entiendo que es necesario, para cambiar la mentalidad de las personas en sus relaciones dentro de la empresa, lograr firmar con ellas un nuevo contrato, tal vez el más importante, el contrato de confianza.

La mejor forma para que las personas se involucren en un proyecto común, y aunque parezca una obviedad, es hacer que formen parte del mismo y que entiendan que su papel para el buen devenir de la organización es tan importante como el del mismísimo CEO. Por ello, es necesario que el individuo entienda que su trabajo es importante, valorado y que su opinión cuenta y mucho, ya que no podemos ni debemos olvidar, aún a riesgo de ser pesado, que son las personas las que crean y hacen empresa y que de la diversidad de ellas nacen los proyectos sólidos y duraderos en el tiempo.

Una vez que los individuos entiendan en qué consiste el propósito organizacional y la importancia que tienen sus acciones en la consecución del mismo habremos dado un paso importante en pro del trabajo en equipo y a favor de una buena gestión de la compañía.
Por tanto y en definitiva, un primer paso, antes de introducirnos en la cuestiones de funcionalidad de las relaciones humanas, es cuidar emocionalmente a las personas de la organización. “Tú eres importante, tú cuentas, yo confío en ti, confía tú en mí también”

Tenemos el Alma, creemos el cuerpo

Una vez que los individuos se sienten parte de un algo superior, es el momento de que las palabras no se queden vacías de contenido. Por tanto, desde las empresas se debe dotar de los instrumentos necesarios para que la relación de confianza y la importancia que se dijo que tenían las personas dentro de la organización se haga realidad. Pero…. ¿Qué es necesario?

Cómo he comentado a lo largo de esta reflexión, los recursos y la capacidades, tangibles e intangibles, son necesarios para que la empresa funcione, pero sin embargo, no son suficientes. De nada sirve tener las herramientas si no nos dejan usarlas adecuadamente, de nada sirve obtener información si no somos capaces de utilizar la misma de la forma conveniente.

Por lo tanto, las organizaciones deben velar porque en su funcionamiento diario se logre la interacción de todos, de que sus acciones estén coordinadas y de que se consiga un funcionamiento integrado para que el esfuerzo tenga su debida recompensa.
En la búsqueda de esta cometido es importante dotar a la organización de una estructura, una cultura y un sistema de comunicación que posibilite que las personas interactúen y puedan no sólo sentirse parte, sino también actuar activamente en la consecución de un proyecto compartido donde en última instancia se encuentra la creación de valor para el cliente final.

Analicemos ahora de qué manera el nuevo modelo de relaciones humanas propuesto necesita del apoyo de los diferentes componentes de la empresa.

Estructura

La estructura organizativa de la empresa debe estar diseñada, ante los nuevos restos competitivos, de tal manera que permita la colaboración y coordinación entre los individuos. Es necesario dejar atrás paulatinamente las estructuras organizacionales puramente verticales y jerárquicas volcadas en la eficiencia, para ir dejando paso a estructuras con vínculos cada vez más horizontales.

Lo que se pretende con estas estructuras horizontales, es que en un entorno en constante cambio, se descentralicen la toma de decisiones en la empresa, el flujo de información fluya de forma rápida entre las personas y se produzcan mayores niveles de colaboración para que entre todos se logren los objetivos comunes (ejemplo: creación de equipos multidisciplinares, equipos de proyecto….)

Este nuevo enfoque pretende eliminar las barreas departamentales tradicionales buscando relaciones interdependientes y transfuncionales, tanto de puertas hacia a dentro como hacia fuera de la empresa, que en último lugar buscan responder con flexibilidad ante los cambio del entorno y por supuesto ante los cambios en las necesidades del cliente final.

Quiero dejar claro, que aunque en principio, el encontrarnos con empresas con estructuras cada vez más planas sería la situación ideal de cara a una gestión adecuada, no podemos olvidar que cada empresa es un mundo y que en ellas se deberá producir el equilibrio conveniente y adecuado en función de sus necesidades.

Lo que si parece evidente es que en la actualidad muchas empresa tienen un desajuste entre sus estructuras organizativas y las necesidades del entorno lo que hace que la eficiencia en sus operaciones se vean afectada (mala planificación de la demanda, mala gestión de stocks, ineficiencia en los reabastecimientos, tiempos largos de fabricación….)

En definitiva, la estructura debe ser un soporte fundamental del nuevo estilo de relaciones personales ya que desde ella se debe motivar a que las personas para trabajen en grupo.

Cultura

Toda compañía dispone de un conjunto de valores que impregnan a los individuos que forman parte de ella. Por ello, es no solo deseable sino también necesario, que estos valores estén en consonancia con lo que el entorno demanda para que puedan contribuir de forma constructiva a la mejora de las relaciones personales y por extensión a la mejora en la gestión de la empresa.
De esta manera la cultura debe guiar, ayudar y determinar la forma en que se relacionan en el día a día los individuos de una organización, tanto en sus actividades internas como en su relación con el exterior, para en definitiva y junto con la estrategia de la empresa y la estructura de la misma, lograr un todo coherente que permita a las personas actuar de la manera que requiere y necesita el nuevo modelo de negocio.

Como en el caso de la estructura, en el punto anterior tratado, en este caso también es necesaria una transición de los viejos modelos de conducta y valores culturales pasados, hacia un nuevo modelo cultural que nos permita competir ante las demandas de los nuevos tiempos donde el cambio es constante.

Por ello es necesario, implantar en la compañía un patrón cultural que ponga los ojos ya no solo en las relaciones internas sino que tenga también la mirada puesta hacia el exterior ,en una clara orientación hacia nuestros clientes y proveedores .Por tanto y para ello es necesario “derrumbar las fronteras” entre departamentos de la compañía y “saltar los muros “ de la misma para conceder la oportunidad a las personas de la organización, a través de una cultura abierta, para que tengan iniciativa y puedan asumir riesgos .
Valores culturales 

En definitiva para una correcta gestión de la compañía se debe buscar el empowerment de los individuos y la evolución hacia una cultura de la adaptabilidad y hacia una organización que aprende donde los valores y creencias que se deben implantar a “sangre y fuego”, entre otros son:

- Sentido de pertenecía al grupo y a un proyecto común.
- Espíritu de colaboración y cooperación en la cadena de suministro.
- Clima de confianza y transparencia.
- Sentimiento de igualdad y solidaridad entre las partes.
- Valores que ayuden a la mejora continua en pro de la calidad.

Comunicación

Ante la nueva realidad empresarial y los retos que se presentan en las relaciones entre las personas, adquiere especial importancia, la palabra COMUNICACIÓN en toda su amplitud.

En las relaciones tradicionales en la empresa, la interacción entre la personas se basa en una relación donde lo que prima es trasladar mensajes que deben ser cumplidos en pro de la satisfacción de las obligaciones o del logro del objetivo planteado…pero ¿es este el tipo de comunicación que hoy se necesita en la gestión de la cadena de suministro?

Desde mi modesto punto de vista hoy esta fórmula ya no es válida. En el presente se necesitan estilos de comunicación abiertos, transparentes, donde el intercambio de información sea constante y fluido como medio para conseguir mejoras en el rendimiento. Por lo tanto, la comunicación en la organización, tanto ad intra como ad extra, debe ser bidireccional, compartida y bajo un clima de confianza que las organizaciones deben crear.

En definitiva hablo de abrir las puertas y las ventanas al diálogo constructivo, sin miedos y donde ahora ya no sólo se transmite información sino que también se recibe la misma en un proceso de retroalimentación continua.

¿Cómo posibilitar este nuevo estilo de comunicación en las organizaciones?

Como hemos comentado la base de todo debe ser la confianza y un estilo de lenguaje común, donde todos entiendan que su opinión cuenta y es escuchada. Para ello, y tal y como hemos dicho la estructura y la cultura empresarial deben ayudar a este cometido.

A modo de ejemplo, algunas de las técnicas o herramientas que puede ayudar en la creación de un estilo de comunicación abierto y que permite al mismo tiempo aprovechar las capacidades y habilidades de los empleados son:

- Creación de equipos multidisciplinares.
- Buzón o plan de sugerencias.
- Creación de mesas redondas interdisciplinares.
- Discusiones dirigidas.
- Actividades y puntos de encuentro.
- Círculos de calidad.
- Círculos de productividad

“Conversar es entrar en el surco que ha trazado el otro, y proseguir en el trazo y perfección de aquel surco”
Massimo Bontempelli

A lo largo de este reflexión hemos visto la importancia de la personas en la gestión empresarial y cómo es aconsejable dotar a la empresa de los mecanismos necesarios para que las relaciones humanas apoyen, sean parte crucial y no dificulten el buen desarrollo de las operaciones.

Por ello, los individuos y su interacción, en la actualidad, son un parte estratégica importante en la gestión de las actividades y de las empresas que forman parte del proceso logístico integral de la organización.

Hacia una red de colaboración

Una vez que hemos desarrollado los elementos más importantes para que el individuo sea reconocido como pieza fundamental de los procesos, ha llegado el momento y como remate final de la reflexión, de entender cuál es el fin último de poner a las personas en el “centro de la diana”.

Todo este modelo de relaciones expuesto tiene que posibilitar y allanar el camino para entender que el éxito empresarial es un objetivo global y común de todos los agentes intervinientes y que sin la colaboración de todos ellos, la creación de valor para el cliente se verá dañada.

Hoy no se puede entender una relación entre proveedor-empresa –cliente basada en el individualismo y en la autosuficiencia, sino que es necesario para poder competir en un entorno global incierto y cambiante, establecer relaciones de colaboración y cooperación inter-organizacional duraderas y de largo plazo.

Ahora ya no hablamos de contrincantes e incluso si me apuran ni siquiera de socios, ahora es el momento de establecer relaciones de “amistad empresarial” donde las empresas comparten recursos, estrategias, procesos, intereses y…. todo ello sobre la base de relaciones personales.

Para finalizar esta reflexión quiero dejar claras tres últimas cuestiones:

- De igual manera que se ha comentado la importancia de las personas en las empresas, es imprescindible que esta cuente con las capacidades logísticas, tecnológicas y sistemas de información adecuados que la permitan competir adecuadamente.
- Los cambios que se requieren en las diversas áreas son muchos y amplios para poder adaptarse al nuevo modelo de gestión y al nuevo estilo de relaciones propuesto, por tanto, cada empresa requiere unos tiempos y unos ritmos diferentes en dicho proceso de adaptación.
- La implementación de los cambios afectan a todas las áreas de la empresa y requiere importantes esfuerzos, por ello es fundamental la involucración de los directivos de la empresa en tal cometido.

“No existe una mejor prueba del progreso de una civilización que la del progreso de la cooperación”

John Stuart Mill

No hay comentarios:

Publicar un comentario