martes, 16 de abril de 2013

Emprendedores ¿simple negocio o empresa?

En los últimos tiempos es recurrente escuchar en muchos foros temas relacionados con la palabra emprendedor (Ley de emprendedores, medidas de apoyo al emprendedor, incubadora de emprendedores…) y esto no es malo, para nada, todo lo contrario.

Entender  y creer que buena parte del futuro de nuestro país está en el "emprendimiento" como un pilar importante para el desarrollo y crecimiento económico del mismo es todo un logro.

Ahora bien, debemos tener cuidado a la hora de llenarnos la boca con el término emprendedor. Debemos definir qué entendemos por tal y qué proyectos se van o se deberían desarrollar bajo su paraguas ya que corremos el riesgo de convertir al mundo emprendedor en un “commodity” donde todo vale y donde cualquiera y cualquier proyecto puede tener cabida. Nada más lejos de la realidad.

No se trata de acotar terminológicamente la palabra emprendedor ni hacer un número clausus de proyectos que se puedan desarrollar al amparo de esta. Se trata más bien de determinar qué perfil debe tener el empresario emprendedor, evaluar y determinar cuáles deben ser sus habilidades empresariales y tomar ideas, proyectos y modelos de negocio que realmente generen valor añadido.

En caso contrario corremos el serio riesgo, como bien se ha dicho en muchos foros, de convertir todo lo concerniente a la gestión emprendedora en una gran losa para nuestro país tal y como ha sucedido con el sector inmobiliario y su burbuja, las energías renovables y sus primas o subvenciones etc…

Es fundamental, desde mi punto de vista, por tanto apostar y echar el resto por y para la creación de EMPRESAS con mayúsculas que no es lo mismo que apostar por negocios de menor calado.

El  “movimiento emprendedor” debe apostar por ideas brillantes que posibiliten generar empresas competitivas con vocación de permanencia en el largo plazo y con intención de generar valor no para unos pocos sino en favor de un amplio abanico de stakeholders.

 Cuidado ¡¡¡ No caigamos en el error de creer que la creación de EMPRESAS  a la que me refiero va en función de grandes magnitudes. Para nada. Tenemos importantes  ejemplos de start-ups que con una dimensión adecuada han logrado resultados empresariales espectaculares y ejemplos de grandes proyectos empresariales con grandes recursos que al final quedaron en nada.

Más allá de grandes estructuras o números, hablo de proyectos competitivos, coherentes con la realidad económico-social en donde se desarrollan, proyectos realistas, serios y que en su cadena de valor aporten valor añadido para accionistas, clientes, sociedad…

Quiero dejar claro que con esto no estoy diciendo que no tengan cabida en el desarrollo del país otro tipo de iniciativas o pequeños negocios que también mueven el PIB de un país y que también tienen gran importancia.

Lo que intento indicar es que el si queremos hacer  del “emprendimiento” uno de los pilares de nuestra economía y de la mejora de la competitividad del país, tenemos que asignar esfuerzos, recursos, planes e iniciativas para emprendedores y proyectos competitivos por cauces y procesos diferentes al apoyo y ayudas que deben tener otro tipo de negocios más sencillos.

No podemos meter a todos en el mismo saco a riesgo de perder enfoque, asignar mal los recursos y dejar en último término un reguero de proyectos inacabados y de empresarios y personas arruinadas a las que un día se les dijo que eran emprendedores pero que nunca pasaron de ser gente con una cierta iniciativa.

¿Es que nadie recuerda ya al carnicero, fontanero, dentista, o abogado con ciertos ahorros a los que se les hizo ver en su momento que podían ser promotores inmobiliarios? Los resultados ya los hemos visto. Nada buenos.

Un saludo. Alberto Galarreta


4 comentarios:

  1. Cada día más personas se quedan en el paro y deben utilizar su capacidad emprendedora para encontrar un nuevo trabajo, tanto por cuenta propia como por cuenta ajena. Hacer el chequeo que comentas es bueno en ambos casos porque te ayuda a encontrar el camino. Gracias Alberto.

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    1. Estimado Gabriel,
      Estamos destinados a buscarnos la vida , sí, pero nos deben enseñar a como hacerlo. Hacernos creer, en las condiciones educativas, sociales... actuales que todos podemos ser emprendedores es un medio "engaño " de miras cortoplacistas que sólo beneficia a unos pocos. Hace falta crear una cultura emprendedora en este país cuyo camino es educación, educación y educación desde edad temprana.

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  2. Interesante el artículo, Alberto.

    Sólo disiento en una cosa de lo que dices, y es que cuando un término técnico baja al lenguaje político, casi siempre terminan por corromperlo. Y mucho más en el caso de los emprendedores, porque poco más distinta pueden ser las mentalidades de uno y otro grupo.

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    1. Estimado Julián, completamente de acuerdo.
      Es necesario acortar la "brecha" existente entre la clase política dirigente y los emprendedores.
      Tal vez sea oportuno obligar a los políticos a acudir a talleres de emprendimiento o mejor aún, exigirles antes de tener cargos de responsabilidad en la administración pública el tener experiencias emprendedoras o empresariales personales.
      Como tercera vía, tal vez más idealista, propongo el dejar que sean los emprendedores solventes y con experiencia de este país los que marquen los objetivos estratégicos y las líneas de acción a seguir en esta materia.
      Esto conlleva hacer de los órganos de la administración pública y de gobierno estructuras abiertas, horizontales, flexibles y con mucha delegación de competencias.
      Tarea difícil pero seguro que con grandes recompensas.
      Un abrazo. Alberto

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